
El escritorio estaba cochino como de costumbre: migas, pelos, servilletas y tazas que se acumulaban durante la semana. Un pedazo de sandwich con moho adornaba el cajón.
No suelo beber refrescos cola después de una excedida noche de vómito a causa de ron con la misma bebida, siento como si me estuviese embriagando otra vez, o buitreando, o sabis que ambos. Igual lo hice. Fue asqueroso, pero yo también andaba asquerosa y la asquerosidad unida jamás será vencida igual que los repugnantes pitros que me salieron en el hocico. Llevo 2 semanas con esas hueás y se expanden. Tendré tiña.
Estoy sola en casa y me da miedo. Pienso mucho cuando estoy sola y cuando pienso me doy cuenta de todas las mecas que existen, incluyéndome a mí en alguna categoría. Me tinca diarrea.
Distraccion... distraccion. Distracción para no pensar, distracción para volverme aún más estúpida, pero siendo estúpido serás feliz decía una lírica de un gil narigón, aunque la gente narigona me inspira una extraña desconfianza. Pico con lo que acabo de decir.
La actividad de estar sentada en la pocilga de escritorio iba a ser larga,de hecho aún no acaba. Mi atención desde la pantalla de facebook pasaba por los cables del internet y aterrizaba en un póster homosexual de Winnie Pooh donde parece que Tigger se está follando al oso. Está sobre él apuntandolo con una pluma y winnie tiene cara de sexo oral. Las últimas gotas de mi cocacola.
Si no fuese porque sé que la caña viene generalmente después del emborrachamiento diría que algun sujeto se pitió la relación tiempo espacio, o se hackeó al causa-efecto y juraría que la caña vino primero y ahora estoy sumamente ebria escribiendo una masa de pelotudeces mientras invento en mi cráneo nuevas maneras de matar gente o como decirle te quiero a un CASI desconocido.
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